martes, 12 de marzo de 2013

UNA PARTE DE NUESTRA HISTORIA

EL TRATADO DE LA CANADA DEL JUANAMBU (Segunda parte)

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El paso del Juanambú y La Cañada.
Continuando con la explicación de este importante tema, se expondrá el contexto social y político en el cual se presenta la firma del TRATADO DE LA CAÑADA DEL JUANAMBU el 3 de Marzo de 1829 y sus consecuencias hasta nuestros días, en especial la del reconocimiento por Bolívar de la Autonomía de siglos que le corresponde a la entonces Provincia o Comarca de Pasto, comprendida entre Timbío (hoy Cauca) y el Municipio de Yacuanquer al Sur incluyendo el amplio territorio Amazónico hacia el Oriente.
En agosto de 1825 termina la lucha armada de los grupos indígenas que sublevara el Teniente Coronel Benito Boves y su discurso populista en Octubre de 1822 y a la cual Sergio Elías Ortiz, de modo excesivo, le otorgó una dirección militar a Juan Agustín Agualongo, lo que no es verosímil, ya que, en la fecha arriba citada, la última partida de campesinos sublevados contra los intereses latifundistas de los republicanos, se componía de habitantes de la Provincia de los Pastos con sus ejes en Sapuyes y en Funes y con la dirección de los hermanos Benavides.
Al asumir Obando la Gobernación de Pasto hay que tener en cuenta su actitud populista y su cercanía a la elite y los milicianos de Pasto (que en ningún momento fueron realistas después del acuerdo con Bolívar en Junio de 1822) por haber sido el tercer comandante en importancia durante las guerras autonomistas desde 1818, política esta que lo levanta como caudillo unitario de la ciudad y del campo, al simpatizar con las demandas de los indígenas que precisamente eran la causa de la guerra civil que Boves muy hábilmente agitara.
Acuarela de la Tarabita del Juanambú (Siglo XIX)
El 27 de Agosto de 1828 en una especie de Cabildo Abierto en Bogotá los amigos de Bolívar lo proclaman dictador de la Gran Colombia y el 15 de Octubre del mismo año, después, de suspender los Concejos Municipales, comete el grave error de imponer una contribución personal de tres pesos y medio a los indígenas del país diciendo que con ello se reemplazaba el tributo de tipo colonial.
En ese tiempo el Perú, aprovechando la amplia oposición a dicha dictadura invade el actual Ecuador y, a su vez, los Generales José María Obando y José Hilario López se sublevan en Pasto con un programa político que por reclamar las libertades públicas y la lealtad a la constitución de Cúcuta ( 1821) ciertamente aparece como el primer ideario Liberal en la historia de Colombia y sustentado, con armas en la mano, por el primer partido en su género que es de carácter populista como bien lo señala Obando, en una carta a López del 11 de Febrero de 1828, en la cual le anuncia que el 13 deben estar presentes los dos en un Cabildo Abierto en Pasto, porque “todos arden, es el momento de asegurar bien la opinión pública… y hasta los indios deben venir a deliberar”.
Sin duda este es el inicio del liberalismo colombiano pese a que la historiografía oficial y hasta escritores como Liévano Aguirre o Gerardo Molino poco estudiosos de la documentación de la época, lo hayan pasado por alto, pues solamente les interesaba defender unas tesis políticas personales.
La rebelión de Pasto y del Sur se radicaliza a finales de 1828 con fuerte apoyo de líderes descontentos con el Bolivianismo en otras regiones de la Nueva Granada, alimentando también las disidencias que en Caracas y en Quito, fragmentarían luego la ilusión Gran colombiana. Solamente con la derrota del ejército Peruano en el Portete deTarquí lograda por los aciertos tácticos de Juan José Flores, esta situación cambió radicalmente y Bolívar puede continuar su marcha al sur pasando por Pasto fruto del tratado de La Cañada.
Mapa que utilizaba Bolivar para intentar pasar el Juanambú, alli se puede detallar la Cañada y otros sitios de interés.
La importancia entonces del Tratado de la Cañada del Juanambú (3 de marzo de 1829), radica en que en él se reconoce, la importancia estratégica de doblegar por la vía de la negociación, a los Pastusos y Patinaos; para integrar a la Gran Colombia a las provincias del Sur; pero este propósito siempre se estrellaba inexorablemente una y otra vez, contra las condiciones abruptas del Cañón del Juanambú, el valor de sus gentes y sus conceptos de autonomía; estos de forma inteligente conocían su territorio y esperaban parapetados en las montañas y pasos de río, los embates de los invasores. Bolívar ya había sido derrotado por los Pastusos (en Bomboná) y era consiente que no podía correr el riesgo de ser vencido otra vez, cuando estaba a punto de consolidar toda su labor en el proceso de independencia.
Bolívar cuando aprueba la negociación y posterior firma del tratado de la Cañada del Juanambú, (finales de Febrero y primeros días de marzo de 1829) desconocía por completo el resultado de las Batallas en el sur que estaban librando el Mariscal Sucre y Flores contra Lamar. En esos mismos días que se adelantaban las negociaciones del tratado, llegan las noticias del triunfo de los ejércitos libertadores en Tarquí (Ecuador) a oídos de Obando y José Hilario López (los primeros días de Marzo de 1829), estos astutamente ocultan y utilizan esta información, para obtener los máximos beneficios para ellos y evitar mayores desgracias para Pasto y sus pobladores
Pintura de la Batalla del Portete de Tarqui.
Con la derrota de los Realistas en el Portete del Tarqui; como ya se expresó cambia la situación de ventaja estratégica para la Milicia Pastusa, al mando de Obando y López; puesto que ahora tenían que cubrir dos flancos de batalla; para lo cual no estaban preparados, ni con armas, ni gente, ni recursos y quedarían en la mitad de dos ejércitos, que avanzarían desde el Norte (Bolívar) y el Sur (Sucre y Flórez). En esta circunstancia, las dos partes aceleran las discusiones y comunicaciones para el finiquito de tratado. En esencia este documento, es una capitulación necesaria, que daba a los Pastusos todas las ventajas deseables en ese contexto. Fue un armisticio o alto al fuego, en el cual el Libertador concede, todo tipo de prebendas a los Jefes de los Pastusos, con el único propósito de que le permitan al ejército Libertador pasar por Pasto en su tránsito hacia el Sur.
La Loma de Nariño en la Cañada del Juanambú
En sus principales componentes el Tratado de la Cañada es excesivamente generoso por parte de Bolívar y por ello se asemeja al que se firmó en Berruecos en 6 de Junio de 1822, con el fin de poder entrar a Pasto con cierto aire de victoria. Se destacan los artículos sobre perdón y olvido totales y la libertad inmediata para los prisioneros de guerra; la suspensión de cualquier clase contribución ordinario o extraordinaria al fisco nacional, con lo cual se cumple la reivindicación de los indígenas del sur que buscaban abolir la mencionada contribución personal instituida por la dictadura; al mismo tiempo “todo auxilio que se exija a dicha provincia (Pasto) será indemnizado por su justo valor”, además el Gobierno premiará conforme a su méritos a los jefes y oficiales que sirven actualmente en la Provincia de Pasto.
Pero los artículos más interesantes en lo político son los relacionados con la decisión Bolivariana dejar en manos de los insurrectos todas las armas y municiones que tenían y a disposición de su comandante, es decir del Coronel José María Obando quién fue ascendido al grado de General; de igual forma es importante el artículo que habla de que se admitirán en la casa de la moneda de Popayán, el pago y el reconocimiento de las emitidas por su similar en Pasto.
Luego de firmado el decreto presidencial que refrenda el tratado, Bolívar solicita total confidencialidad del mismo, a las Milicias Pastusas al mando de José María Obando y José Hilario López. Estas a su vez, le permiten el paso y lo escoltan hacia Pasto, donde entra el 8 de marzo de 1828. Bolívar tiene que aceptar que puede entrar a la ciudad, escoltado por los Pastusos y sin su guardia personal. Por más de tres horas permaneció el Libertador a merced de los Pastusos, puesto que en ese tiempo solo lo acompañaban ayudantes y asistentes. Luego ya llega su ejército y se cambia la guardia.
Panorámica de Berruecos escenario de dos tratados de Paz (1822 y 1829)
Ya en Pasto el 9 de marzo de 1829, Bolívar se entera de la victoria de Sucre en el sur y le ataca un arranque de alegría y pregunta a Obando y López, si ellos conocían la noticia, a lo que estos socarronamente contestan que no, Bolívar entonces los halaga y agradece su gallardía. Y como dice José Hilario López en sus memorias les solicita nuevamente que el tratado no se conozca y expone sus razones:
“Pero ruego a ustedes no den publicidad al tratado de La Cañada, porque, repito, mi autoridad quedaría menguada, y en este estado no tendremos patria, no tendremos libertad”. Nosotros ofrecimos, y lo cumplimos, durante la vida del general Bolívar, no dar a la prensa aquel documento, y si en Maracaibo se publicó por primera vez, sin duda fue mandada copia por alguno de los que estaban cerca del Dictador”
La versión del General José María Córdoba, sobre este suceso es muy importante puesto que el venía con el Libertador Simón Bolívar en su paso hacia el Sur y estaba al tanto del tratado y de las negociaciones. La descripción de los hechos están escritas en cartas, que el remitía desde el lugar de los acontecimientos, las mismas que han sido recogidas por historiadores importantes, como Pilar Moreno de Ángel. El General José María Córdova, le escribe al cónsul británico, James Henderson (5 de marzo de 1829) desde el cuartel General ubicado en Berruecos, en ella le informa, la firma del tratado y lo que eso significa para el ejército libertador, en su empeño de viajar al Perú para apoyar a Sucre y Flórez en su batalla contra el ejército realista.
Pintura de José María Cordova
El texto es el siguiente:
“Hoy hemos compuesto nuestra contienda con Pasto; Obando, sus tropas y la Provincia de Pasto se han sometido en virtud del adjunto convenio que se presenta al público por la dignidad del gobierno en forma de decreto; este decreto y carta todo encargo a Vmd, la mayor reserva. Hemos ganado un inmenso triunfo en haber compuesto esto por tratados; por la fuerza nos hubiera costado mucha sangre, sacrificios y tiempo, que es lo que más necesitamos, para volar a salvar el sur…..”
Las cartas completas y el decreto que contiene el convenio de las partes que envió Córdova al Cónsul Henderson, pueden consultarse en el Public Record Office en Gran Bretaña, con los códigos: 18 357/7 y el 357/8 X/J. 2914. Estas comunicaciones son la prueba fehaciente de que el tratado si se negoció y se firmó por las partes beligerantes. De igual forma es un testimonio contundente que fue el General José María Córdova, quién lo hizo público, a pesar de la reserva que solicitó Bolívar para manejar el tema.
Imagen del Cónsul Inglés. James Henderson
Para completar esta visión del Tratado y evitar sesgos a la hora de interpretar la trascendencia de este hecho, nos permitimos exponer la visión de JHON LINCH, Historiador Inglés en su libro Simón Bolívar, este narra magistralmente los momentos previos al Tratado y los sentimientos que embargaban a Bolívar, en esos momentos, los cuales nos permitimos transcribir textualmente:
“Ansioso por avanzar hacia el Perú y deseando no tener que repetir los castigos de 1822, Bolívar decidió negociar con el rebelde Obando. Mediante dos sacerdotes presentó una oferta de amnistía a los rebeldes que depusieran las armas, mientras Obando envió a dos comisionados para que representaran sus puntos de vista. Al final, uno y otro se encontraron el 2 de Marzo en el puente sobre el Rio Mayo, cerca de Berruecos. Bolívar asumió el riesgo de acudir sin sus propias tropas, confió en las buena intenciones de Obando y cabalgo con el durante la noche. Eran la cierva junto a la Pantera pero, en última instancia, el Libertador mantuvo la sangre fría y ambos llegaron a un acuerdo.
“ El 9 de Marzo informó a Urdaneta: Por fin entramos en Pasto y no mal recibidos por el pueblo y por Obando, este último será un buen amigo con el tiempo, según toda la muestras que no está dando. La realidad era bastante diferente, Obando acepto las condiciones de Bolívar, que quería pasar seguros por Popayán y Pasto y avanzar hacia el Sur a través de Ecuador pero sin un precio; su promoción al rango de General y que se eximiera de del reclutamiento a Pasto durante un año. Bolívar se enteraría después de la Victoria de Sucre sobre los peruanos en Tarqui y comprendería que había concedido demasiado….”
Cuadro de Manuel Estrada. “Bolívar en Pasto”
Las consecuencias políticas de este arreglo llegan hasta nuestros días porque se trata de un triunfo político, más que militar de una sublevación popular, constitucionalista y liberal (Obando y López pertenecían a la Logia del General Santander) y, ante todo, porque Bolívar percibió que había que respetar el AUTONOMISMO DE LOS PASTUSOS en la medida en que era su punto principal de defensa durante los largos años de la guerra contra la Republica y contra el mismo en Bomboná, es decir que, al contrario a lo afirmado por Sañudo en este punto, el líder caraqueño sí comprendió la actitud política de los pastusos expresada con ardentía desde 1809 hasta 1829.
Placa de Berruecos como Monumento Naciona

 El texto anterior es tomado de:  http://www.isidorohistoria.com/historia/?p=1638