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“Santos, deje la
soberbia y hable con los cafeteros”
Entrevista de Semana.com al senador Jorge Enrique Robledo,
Bogotá, febrero 27 de 2013
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En el segundo día del paro cafetero, que ha llevado a las
calles a más de 50.000 caficultores en varias regiones del país, el senador del
Polo Jorge Enrique Robledo, quien lleva más de un año denunciando la crisis
cafetera en el Gobierno, le pide al presidente Juan Manuel Santos sentarse de
forma in mediata con los caficultores.
Semana.com: ¿Es injusto el paro cafetero, como lo
dice el Gobierno?
Jorge Robledo: Que campesinos, indígenas, empresarios, con
un respaldo ciudadano inmenso de comerciantes, transportadores, concejales,
diputados, alcaldes, salgan a hacer una protesta es porque hay una crisis
supremamente grave. Eso de pararse en una carretera al sol y al agua a desafiar
al Estado es una cosa muy dura. Es una idiotez intentar negar la gravedad de lo
que está pasando.
Semana.com: ¿Por qué protestan los caficultores?
J. R.: El movimiento por la Dignidad Cafetera, del cual yo
no hago parte porque no soy cafetero ni dirigente gremial, reclama una solución
cierta a su principal problema: el endeudamiento. Hoy los cafeteros no son
capaces de pagar sus deudas. La fórmula que les da el Gobierno es una
refinanciación que lo único que hace es alargar la agonía y el momento de
perder las tierras porque no son capaces de pagarlas. El segundo reclamo es un
precio interno remunerativo. En este momento la diferencia que hay entre el
costo de producción y el precio de venta es demasiado alta. Mientras más café
producen, más plata pierden. Reclaman que el Gobierno les transfiera recursos.
Semana.com: ¿Desde cuándo viene esta crisis?
J. R.: Desde hace rato. Este mismo movimiento Dignidad
Cafetera llenó la plaza de Bolívar de Manizales en agosto del año pasado con
30.000 personas. Le enviaron una carta al presidente Santos y nunca hubo
respuesta. En octubre hicieron unas jornadas de reclamo desde distintos sitios de
Colombia. En noviembre vinieron a Bogotá y se manifestaron en la sede de la
Federación de Cafeteros. Y como no los atendieron, hace varias semanas
decretaron el paro. El Gobierno sólo dijo que se reunía con ellos 24 horas para
comenzar el paro, con el claro propósito de sabotearles la propuesta y sin la
voluntad de resolver los problemas.
Semana.com: ¿Cómo ha manejado el Gobierno esta crisis
cafetera?
J. R.: De la peor manera. Las medidas que han tomado son
insuficientes y las anuncia con una actitud soberbia y despótica frente al
reclamo. Los caficultores deciden hacer el paro y el Gobierno dice que ese no
es un paro de caficultores sino de cualquier tipo de indeseables. En el primer
día de la protesta la respuesta fue reprimirlos ferozmente y lo que hace es
anunciar que no conversará con ellos. Es la soberbia de un gobierno que no sólo
los maltrata porque es el gobierno el que crea las condiciones económicas del
país, sino además los trata como si fueran unos parias.
Semana.com: Santos anunció una constituyente cafetera
¿Qué es eso?
J. R.: Es una especie de chiste cruel. Es como el bombero
que llega a la casa en llamas y en lugar de apagar el incendio dice que hará un
estudio para ver qué se hace. Es obvio que esa constituyente cafetera,
cualquier determinación que adopte, se producirá dentro de un año y mientras
tanto la casa de los cafeteros está en llamas. Santos está haciendo demagogia
para confundir a los colombianos que no entienden qué es lo que pasa.
Semana.com: ¿Qué consecuencias tendrá este paro?
J. R.: Hay un desenfoque muy grande. El Gobierno ve esto
como una crisis sectorial y esto es una crisis nacional. Estamos hablando de
560.000 familias propietarias, de un número similar de obreros agrícolas. El
café es primer empleador rural de Colombia. Estamos hablando de la economía de
600 municipios en los cuales cafeteros, comerciantes, transportadores, todos,
absolutamente todos viven del café. Permitir que el café se siga hundiendo
sería un error histórico, le haría un daño enorme al país.
Semana.com: ¿La crisis cafetera es originada por los
tratados de libre comercio?
J. R.: La primera víctima del libre comercio es el café, eso
lo expliqué cuando se rompió el pacto internacional de cuotas que significó que
el mercado mundial pasó a ser controlado por los compradores y deprimieron los
precios. Pero además es verdad que otros países como Brasil y Vietnam han
podido enfrentar esas nuevas condiciones de forma satisfactoria. Aquí hay un
problema de pésimas decisiones internas imputables a todos los gobiernos y a la
cúpula de la Federación de Cafeteros. Gobiernos y cúpulas en las cuales han
estado durante muchos años el presidente Santos y el ministro Juan Camilo
Restrepo. Colombia está importando el café de consumo nacional. Si uno hubiera
dicho esto hace 20 años, se lo habrían llevado al manicomio. Pero hoy Colombia
no es capaz de producir el café que está en condiciones de vender.
Semana.com: Si usted fuera presidente, ¿cómo
resolvería esta crisis?
J. R.: Hay que ajustar el precio de forma urgente. Hice una
reunión con 30 de los principales cafeteros de Caldas. Ellos tienen cafetales
perfectos, tierras perfectas, abonos perfectos y están perdiendo plata. Si eso
les pasa a los grandes productores, imagínese lo que le pasa al resto. La cosa
es tan absurda, que mientras más producen, más plata pierden. Hay un problema
de créditos que tiene caída la producción. No es posible aumentar la producción
si no hay mejores precios que permitan abonar y renovar los cafetales. Aquí hay
una revaluación del 40 %, los cafeteros han perdido billones de pesos por culpa
de la incapacidad del Estado colombiano. Los cafeteros dicen no estamos
pidiendo limosna, estamos reclamando derechos. Si en Colombia no hubiera el
fenómeno de revaluación en el que estamos, no estaríamos hablando de este
problema.
Semana.com: ¿Por qué cree que el Estado colombiano ha
abandonado a los productores del principal producto agrícola de Colombia?
J. R.: No es solo al café. Este paro es cafetero y
cacaotero. Hace 15 días eran los arroceros, hubo movilizaciones en las calles
de Sucre y Córdoba de algodoneros y maiceros. Los ganaderos también están
protestando. Hay un problema de modelo económico, el que está estableciendo
este Gobierno es un modelo minero. La teoría que ellos tienen es que si uno
tiene minería, puede no tener agro, usted con la minería consigue los dólares
para pagar los importadores y todo lo que sea necesario. También se perjudica
la industria. En Colombia se ha impuesto un modelo económico contra la
producción industrial y agropecuaria. Eso explica el desdén y la soberbia de
este gobierno, que dice que si quiebran la industria y el agro, pues que se
quiebren, para eso tenemos la minería. Esa es la lógica de Santos.
Semana.com: Lo señalan de estar motivando el paro.
¿Qué responde?
J. R.: Esas son las boberías con las que se sabotean las
justas protestas sociales. En Colombia nunca ha habido una protesta social
justa según los gobiernos, siempre se inventan alguna cosa que las satanice.
Este movimiento se explica por una crisis profunda que empezó en 1990, sólo que
se ha agravado en los últimos tiempos. Yo expresé mi solidaridad con el paro,
es mi deber. El santismo me estigmatiza, pero eso es un asunto menor.
Semana.com: Con este paro Uribe y usted terminaron
coincidiendo…
J. R.: Las opiniones deben coincidir con la verdad y la
justicia de ese paro. Si es el expresidente Uribe el que asume ese punto de
vista, pues muy bueno y me parece que tiene razón. Yo no soy un sectario en
política. Yo me oriento para buscar la razón de las cosas. No me produce ni
frío ni calor coincidir con Uribe. Es evidente que los santistas se valen de
eso para dimensionarlo. Pura politiquería.
Semana.com: Como van las cosas, ¿cree que el paro va
para largo?
J. R.: Yo quisiera que no. Quisiera que el Gobierno se
sentara con estos compatriotas y los atendiera. Pero si no le dan soluciones,
la gente tiene derecho tomar ese tipo de decisiones. Aprovecho a decirle al
Gobierno a que le baje un tris a la soberbia y se siente con los cafeteros.
Semana.com: El ministro de Agricultura ya dijo que
sólo hablará con la Federación de Cafeteros. ¿Esa entidad está de lado de los
cafeteros?
J. R.: Los está representando bien mal. Tan mal los ha
representado, que ha tenido a Juan Camilo Restrepo ahí como diez años sentado
en la silla. Este país es de contrastes increíbles. El café, que es el producto
insignia, se está hundiendo, y el ministro de Agricultura es uno de los
culpables del hundimiento, como ministro y como alto directivo de la Federación
de Cafeteros.
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